El follaje en movimiento, el sonar del ramaje que forma muralla ante el imponente sol, los pocos rayos que logran traspasar, engalanan con su dorado el fértil suelo arropado por numerosas capas de hojas secas. Mientras forasteros se mojan en las azules aguas de Paria, propios, recorren una y otra vez mares y montañas que, generosas, entregan al humilde trabajador sus frutos, destacando la deliciosa semilla de cacao.
Dentro de ese verdor, se encuentra la fábrica de Chocolates Paria, siendo al mismo tiempo, sede del Museo del Cacao Pariano. Aunque esta empresa contaba con varios años de fundada, es desde hace cuatro, que un nuevo grupo de emprendedores, entre ellos Christiane Thonon, diseñadora de iluminación pero aficionada al chocolate y defensora de la naturaleza, retoman con nuevas perspectivas la faena chocolatera.
Expresa Thonon interés en cacao, valorando este cultivo más que por sus propiedades medicinales y gastronómicas, por “Percibirlo como un guardián de la naturaleza, por ser un cultivo que no necesita deforestación, sino más bien, estar rodeado de grandes árboles que ofrezcan sombras y humedad, necesitando ríos, bosques ricos en vegetación...”.
Apasionada, detalla la elaboración de la Edición Especial de tabletas de chocolate para Gourmet Garage. “Lo primero es destacar la calidad formidable del cacao, recolectado en cinco diferentes haciendas del sector Agua Fría, por ser secado durante una época de lluvia continua, donde los agricultores, debían secar en carretas de madera su preciado producto. Guardaban y sacaban, una y otra vez, aquellos granos, propiciando fermentación o lo que llaman curtido, que aporta aromas muy particulares obteniendo, además, sabores frutales y ocres, adicionándose los aromas de los sacos que los recubren”.
En esta oportunidad, propiciando un acercamiento entre cultivador y fabricantes, fueron invitados los primeros a presenciar y degustar la producción hecha a partir de sus semillas. Ellos a veces no tienen la oportunidad de observar y, lo más importante, saborear el chocolate terminado. “salieron entusiasmadísimos de allí, porque además de probar el chocolate de primera mano, igualmente probaron toda la línea de Chocolates Paria, llevándose un cotillón”.
Piel de naranja, limón y trocitos de peras confitadas importadas desde Verona Italia, almendras y nueces californianas, son las presentaciones que se pueden encontrar, abanico de opciones gracias al intercambio entre GG y la chocolatería, envueltas en papel craft y plástico biodegradable, que conservan de la oscura barra, aromas y sabores únicos de cacao criollo venezolano al 54%.
Apoyando las iniciativas que gente preocupada por explotar, bajo estándares de excelencia nuestros recursos, invitamos al amante del chocolate no dejar pasar esta oportunidad, donde se alían dos empresas empeñadas en ofrecer lo mejor, entregando en rectángulos deliciosos el sabor de una región.
F.J